"Aprender es descubrir lo que ya sabes.
Actuar es demostrar que lo sabes.
Enseñar es recordarles a los demás que saben tanto como tú.
Sois todos aprendices, ejecutores, maestros."
Conocer el cerebro. Algo clave para poder brindar una educación significativa para comprender en qué momento evolutivo se encuentran sus cerebros y qué necesitan. Oportunamente, Piaget desarrolló su teoría epigenética y su aporte se transformó en revolucionario. Hoy contamos con investigaciones neurocientíficas que nos dicen que el cerebro debe ser estimulado de una manera integral. Además, nos ayudan a comprender qué áreas se desarrollan y mediante qué tipo de intervenciones. Sabemos por ejemplo que el área frontal, el área específicamente humana, puede regular nuestras conductas ayudándonos a crear un escenario futuro y también a inhibir el impulso inmediato. Asimismo, sabemos que áreas como la corteza límbica, sobreestimuladas por la experiencia emocional social, pueden producir desajustes conductuales y malestar anímico. En la adolescencia, el cerebro sufre un cambio importante en cuanto a los ritmos de la vigilia-descanso: los horarios muy tempranos son contraproducentes y la escuela ya debería plantearse la posibilidad de iniciar la cursada en horarios más tardíos por la mañana o en horarios vespertinos.